
El día después de acabar el Ironman de Niza, reventando en la maratón, y una vez que ya estaba apuntado al Ironman de Frankfurt de este año, tenía claro que antes de mi próximo Ironman tenía que correr una maratón, no tanto por necesidad física, casi no es nada recomendable, sino más bien por una necesidad mental, tenía la obsesión de saber como es una maratón y como se comportan cuerpo y mente durante su curso.
Estuve varios meses vagueando, pero a finales del año pasado me decidí en serio a correr una maratón, y aunque tuve dudas iniciales sobre cual correr, Barcelona, Madrid... me decidí por Sevilla ya que era en una buena fecha, con un recorrido muy llano y muy bien de precio (21€ la inscripción).
La preparación fue un poco a ojo, básicamente aumente mis kms semanales haciendo una media de más de 60 kms semanales e incluyendo alguna semana con un pico de más de 90 kms. Siempre con rodajes continuos, sin meter series, y siempre corriendo por sensaciones para no cansarme mentalmente.
Durante este par de meses participé en varias carreras, la San Silvestre Internacional (34'55''), el Cross Rector de la UNED y la media de Getafe (1h18'44''), consiguiendo en todas ellas un rendimiento excepcional.
Tras este par de meses de preparación, el pasado viernes partí rumbo a Sevilla junto con mi fan #1 para disputar la Maratón de Sevilla 2012 que se celebró el pasado domingo 19 de febrero a las 9.30 de la mañana.
Amanecí el domingo con toda la tranquilidad del mundo, no tenia sensación de que tenía una prueba, únicamente quería disfrutar y reservar para los últimos kms. Por unos problemas de logística no desayuné hasta las 8.30 de la mañana, es decir, una hora antes de la salida, y para colmo me salté todas las teorías escritas acerca de la alimentación pre carrera ya que mi desayunó fue una tostada con jamón, un trozo de una con queso y un café con leche, vamos el típico desayuno del atleta...
Después del desayuno, llegamos al estadio, aparcamos, visita de última hora al baño, dejo las cosas en el guardarropa y a las 9:25 estaba en la línea de salida dentro del estado olímpico de La Cartuja.
9.30 dan la salida, me situo delante pero hay mucha gente y la salida del estadio es lenta, justo en el km2 oigo mi nombre, resulta ser un antiguo compañero diablillo al que no veía desde hace dos años, Fernando el malagueño. Hablamos durante un rato, y pronto nos damos cuenta de que podíamos correr toda la prueba juntos y de que ambos nos podríamos hacer de libre, y así lo hicimos.
Nos mantuvimos siempre a un ritmo constante entre 4'15''/km y 4'10''/km, sin hacer caso del globo de sub 3h que puso la organización, y estuvimos juntos hasta el km 37, donde Fernando, con más fuerzas que yo pegó un apretón. A partir de ese momento, seguí en solitario intentando mantener el ritmo, pero justo en el km 40 noté un bajón importante, me faltaban fuerzas, seguramente porque no comí en toda la carrera, me limité a beber agua y bebida isotónica, así que cogí mi gel de emergencia y me pegó el subidón que necesitaba para acabar la prueba.
Finalmente crucé la meta con un tiempo de 2h 58' 48'', un tiempo mucho mejor del esperado y con la sensación de que si hubiera ido a un ritmo más suave podría haber seguido corriendo más kms...
Sobre la prueba, decir que la organización fue perfecta y que tanto los avituallamientos como el resto de servicios de la prueba estuvo genial. Ya podrían aprender otros organizadores donde por el doble de precio no te dan ni la mitad de servicios.